viernes, 8 de mayo de 2009

Retrato de Paul Eluard (1929)


Colección Cecile Eluard Boaretto

2 comentarios:

  1. el verano de 1929 es fundamental para Dalí : el año anterior habia partido para su segundo viaje a Paris, esta vez en compañia de su coterraneo Miró, que lo introduce en el grupo de los surrealistas. Éstos se quedan fascinados con el joven artista español, de caracteristicas absolutamente fuera de lo comun, tanto que Maggrite y Éluard prometen que iran a verlo a Cadaqués el verano siguiente. Ambos van con sus respectivas esposas y entre la de Éluard, Gala y Dalí surge una pasion cuya evolucion es extensamente narrada en la "Vida secreta de Salvador Dalí", que el artista escribira en 1941 en EE.UU, donde se habia refugiado al estallar la guerra. Al llegar sus amigos, a los cuales se uniran poco despues el galerista parisiense Cmille Goemans - con el cual expondra con gran exito sus nuevas y extraordinarias obras- y Luis Buñuel, Dalí estaba trabajando en sus primeros y fundamentales cuadros plenamente surrealistas, llenos de imagenes angustiosas brotadas del sueño y de unas obsesiones que hunden sus raices en la lejana infancia. Los primeros dias de la primavera, el juego lugubre, los placeres iluminados, la adaptacion de los deseos son algunos de estos cuadros, en los que incluye a veces partes en collage. El cuadro de Éluard fue empezado mientras el poeta estaba en Cadaqués y terminado despues, tras su partida. Esta concebido como un busto escultorico, realizado en la piedra correosa de la que estan formadas las rocas del cabo de Creus, y suspendido en el aire sobre un paisaje desolado en el cual algunos pocos personajes, microscopicos por efectos de la distancia, realizan acciones al parecer carentes de sentido. Alrededor de Éluard, que parece mirar fijamente con grandes ojos azul celeste, se apiñan las cosas que se convertiran en los habituales fantasmas dalinianos- manos, insectos, amenazadoras fauces leoninas, simbolos falicos, el rostro sin boca- aqui, aliados para unir sus fuerzas, conjugadas para amenazar en un rito de magia mimetica, al rostro de quien ahora ha de venir un rival.

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  2. el verano de 1929 es fundamental para Dalí : el año anterior habia partido para su segundo viaje a Paris, esta vez en compañia de su coterraneo Miró, que lo introduce en el grupo de los surrealistas. Éstos se quedan fascinados con el joven artista español, de caracteristicas absolutamente fuera de lo comun, tanto que Maggrite y Éluard prometen que iran a verlo a Cadaqués el verano siguiente. Ambos van con sus respectivas esposas y entre la de Éluard, Gala y Dalí surge una pasion cuya evolucion es extensamente narrada en la "Vida secreta de Salvador Dalí", que el artista escribira en 1941 en EE.UU, donde se habia refugiado al estallar la guerra. Al llegar sus amigos, a los cuales se uniran poco despues el galerista parisiense Cmille Goemans - con el cual expondra con gran exito sus nuevas y extraordinarias obras- y Luis Buñuel, Dalí estaba trabajando en sus primeros y fundamentales cuadros plenamente surrealistas, llenos de imagenes angustiosas brotadas del sueño y de unas obsesiones que hunden sus raices en la lejana infancia. Los primeros dias de la primavera, el juego lugubre, los placeres iluminados, la adaptacion de los deseos son algunos de estos cuadros, en los que incluye a veces partes en collage. El cuadro de Éluard fue empezado mientras el poeta estaba en Cadaqués y terminado despues, tras su partida. Esta concebido como un busto escultorico, realizado en la piedra correosa de la que estan formadas las rocas del cabo de Creus, y suspendido en el aire sobre un paisaje desolado en el cual algunos pocos personajes, microscopicos por efectos de la distancia, realizan acciones al parecer carentes de sentido. Alrededor de Éluard, que parece mirar fijamente con grandes ojos azul celeste, se apiñan las cosas que se convertiran en los habituales fantasmas dalinianos- manos, insectos, amenazadoras fauces leoninas, simbolos falicos, el rostro sin boca- aqui, aliados para unir sus fuerzas, conjugadas para amenazar en un rito de magia mimetica, al rostro de quien ahora ha de venir un rival.

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